-.-.-.-Todas las fotografías que aparecen en este blog forman parte del Archivo Fotográfico de Maluenda de Jesús Gil Alejandre.-.-.-.-.-.

jueves, 23 de junio de 2016

ROMERÍA A LOS SANTOS

Por si pensábamos que sólo este año ha hecho frío en los Santos os dejo estas fotos en las que se puede observar que las jóvenes van abrigadas con chaqueta y jersey.

Siempre hemos tenido diversos medios de transporte para subir a la ermita.


domingo, 19 de junio de 2016

SAN GERVASIO Y PROTASIO 2016

Maluenda volvió a celebrar este fin de semana la festividad de los Santos Gervasio y Protasio en su ermita. Los vecinos subieron a pie, en coche o a caballo.



La fiesta este año la tenía la familia Dueñas-Alejandre.

 
A las 10 de la mañana fue la celebración de la Eucaristía  con el tradicional canto de los gozos y la fiesta se alargó durante todo el día con el almuerzo, la charanga Pifola, la comida, las numerosas visitas a las pozas, discomóvil...

Recordaremos este día también por ser uno de los más fríos durante el almuerzo.

Pincha en este enlace para ver el álbum completo

Pues que de tanta dolencia

 a los que curasteis son tantos

invictos mártires santos

defendeos de inclemencia.

 

En la cumbre de este monte

os fabricaron esta ermita

y Maluenda os acredita

con blasón de su horizonte;

y así son acordes tantos

invoca nuestra clemencia.

miércoles, 15 de junio de 2016

Argel y Maluenda, misterios sin resolver.

Encontré entre los cientos de papeles del archivo de la iglesia parroquial de Santa María de Maluenda un extraño documento que no guardaba relación con el resto.
En él se leía "Extracto de los Ataques, Bombas, Balas, que con las 18 lanchas bombarderas y 13 cañoneras dispararon a la Ciudad de Argel, como de las que tiró esta Plaza, de los heridos y muertos que ha habido en cada ataque".
En una tabla se acumulaban los datos de bombas, balas, muertos o heridos tanto del bando español como del contrario y en la parte inferior daba los nombres de algunos muertos o heridos más significativos: Antonio Mondragón, Josef Yrrizari, Manuel Travieso y Josef Villavicancio.



Si esta parte puede parecer curiosa, todavía me lo parecía más la siguiente hoja, donde se leía "Plan de la situación en que estuvieron lanchas bombarderas y Cañoneras y demás buques de la Escuadra en dicho ataque que comenzó el 1 de agosto y finalizó el día 9 inclusive con expresión del nombre de cada uno". y un sencillo jeroglífico de puntos, número y letras con la leyenda en la parte inferior.
Había bergantines, fragatas, navíos, jabeques, balandras, botes...

Enseguida comencé a buscar por Internet, necesitaba saber más información y lo primero que encontré fue un plano de la Bahía de Argel del año 1783, de Tomás López.

Este plano ofrecía importante información y semejanzas con el sencillo dibujo del documento. Podía ponerle fecha, año 1783, y centrar más las investigaciones.
Llegué a una página web que aportaba gran información sobre estos ataques, y donde coincidían muchos de los nombres de las embarcaciones y marineros que aparecían. ¡Qué ilusión! Tenía la crónica del documento.
No coinciden los números de la tabla en su totalidad, pero se aproximan bastante los que no lo hacen. Sin embargo son mucho más exactos los datos de los ataques enemigos.
Aunque es un poco largo, os paso la información más destacada de los ataques extraída de la web Todo a Babor:

Los ataques de los días no están claros en este texto, ya que se mezclan en ataques de mañana y tarde.
He puesto en negrita los datos que aparecen en el documento, aunque no coincidan los número exactamente.

A principios de agosto de 1783 la escuadra bajo el mando del teniente general don Antonio Barceló atacó la plaza de Argel. El motivo de esta fuerza expedicionaria no era otro que castigar y destruir todas las embarcaciones corsarias de la Regencia que en aquel momento asolaban el comercio y las costas españolas y de otros países ribereños del Mediterráneo.
El día 1 de agosto, situaron las 18 bombarderas en línea de  frente avanzadas y a su cabeza el comandante general en la  falúa, y en las alas para sostenerlas las 13 cañoneras, 10 lanchas de abordaje, los jabeques San Blas y San Lino, 2 balandras y otros buques de guerra acoderados a proporcionada distancia (todos para en caso de salida de los enemigos) rompió el fuego la línea a las 2 y media de la tarde, y duró hasta cerca de ponerse el sol, que se retiraron por haber consumido sus municiones.
Dispararon nuestras lanchas 380 bombas; y aunque no todas se pudieron aprovechar, así por la marejada como por alguna humedad que pareció haber percibido la pólvora de repuesto de estas lanchas, lo que hizo notar alguna falta en su alcance, no obstante que el vivísimo fuego de las baterías enemigas y de 2 cañoneras que avanzaron a la inmediación de su muelle, sobrepasaban al de nuestra línea, se advirtió sin embargo el efecto de nuestras bombas en la Plaza, la cual disparó 1.075 balas y 30 bombas, sin causar más desgracias que 2 hombres muertos y 2 heridos de una cañonera.
El día 2 a las 2 y media de la tarde emprendió el general don Antonio Barceló nuevo ataque, cuyo fuego duró hasta las 4 y media consumido el regular repuesto de municiones: durante el fuego salieron del muelle de Argel 22 embarcaciones de remo, entre ellas 9 galeotas y las 2 citadas cañoneras, con el objeto de hacer alguna tentativa contra nuestra línea de bombarderas, pero fueron obligadas a retirarse por el fuego de nuestras cañoneras destacadas por el general al intento, en cuyo ataque dispararon estas 390 tiros.
Nuestras bombarderas arrojaron 375 bombas, de las que muy pocas se malograron; y el excesivo fuego de los argelino, que disminuyó en lo más vivo del nuestro, dio bastante a conocer el estrago que experimentaban, habiéndoseles prendido fuego en la Plaza por dos partes, la una al E de ella en la inmediación del muelle que duró una hora, y la otra más al centro de la ciudad al S de la linterna, que se extendió toda la tarde con exceso, y continuó después de anochecido con bastante fomento, sin embargo de que destruyeron otros edificios contiguos.
Los enemigos dispararon 1.436 balas y 80 bombas de las que resultó contuso el teniente de navío don Antonio Mondragón y herido levemente un marinero, sin otro daño de consideración.
En la madrugada del 4 de agosto formada dicha línea como en los días anteriores, y situada debidamente, rompió el fuego a las 5 y media y cesó a las 7 y media; pues aunque se había propuesto continuarle reemplazando las municiones, vio que no lo permitía el tiempo. Disparó nuestra línea 558 bombas y 490 balas, cayendo todas las primeras en la ciudad con fruto, y una en la dársena que levantó humo por algún rato; viéndose que de la ciudad, de donde también salía muy denso por cuatro partes, corrían al campo sus habitantes, y con más confusión hacia el castillo de Carlos V, y que  sufrió bastante daño la muralla del muelle.
Observando el general antes del ataque que 11 galeotas y escampavías, y 2 lanchones cañoneros, se dirigían con crecido número de embarcaciones se remó para remolque y sostén desde su dársena, a situarse sobre el frente que debía formar nuestra línea, destinó al Mayor de la expedición don Joseph de Goicoechea para que con las cañoneras de nuestra derecha, que en todos los ataques ha tenido a su cargo, batiese a los lanchones; y con efecto los hizo varar continuando el fuego contra las baterías del muelle; y también dispuso que las de  nuestra izquierda batiesen cinco galeotas enemigas que se adelantaban hacia el S, y vararon igualmente obligadas sin duda de estos fuegos.
Los enemigos correspondieron con todas sus baterías disparando 1.318 balas y 97 bombas, de que resultaron 6 heridos y algunas averías en nuestras lanchas.
El día 5  de agosto no permitió el viento y mar del E operar, y se observó trabajar los enemigos con cinco cabrias en dos baterías.
El 6 al amanecer dispuso el general otro ataque: y cuando se dirigía al puesto, se avanzaron hasta 25 embarcaciones enemigas hacia el N observándose en las baterías de tierra indicios de disponer balas rojas, que sólo llegaron a disparar muy caldeadas.
Se rompió nuestro fuego a las 6 y media durando bien vivo y con bastante acierto hasta consumir las bombas que fueron 447 y las balas 647. Los enemigos respondieron con viveza, continuando el fuego (después de cesado el de nuestras bombarderas) y fue sostenido por nuestras cañoneras hasta las 8 y media, y después por las balandras Tártaro y 1ª Resolución [ex británica capturada en la anterior guerra] siendo los tiros disparados por los argelinos 1.842 balas y 68 bombas, de que resultaron un muerto y 3 heridos. También reventó el cañón de una lancha sin causar daño alguno.
Por la tarde, se repitió el ataque durando con viveza y cuanto podía permitir el empeño, desde las 5 y media hasta las 6 y media: se dispararon 446 bombas y 506 balas con visible destrucción de edificios, notándose tres incendios, dos de ellos muy considerables, y haberse volado algunos repuestos de pólvora.
Los enemigos, apenas vieron en marcha nuestra línea, rompieron sus fuegos por elevación con tanto alcance que, después de situada, sobrepasaban mucho. Dispararon 1.366 balas y algunas bombas, causando en 6 bombarderas y 3 cañoneras algunas cortas averías, un hombre muerto y otro herido de casco de bomba: y el bote de la fragata maltesa Santa Isabel, que al cargo del oficial Mr. St. Tropé estaba destinada a auxiliar a una bombardera, fue echado a pique por una bala que le entró, pero salvaron su gente los botes y lanchas inmediatos.
El día 7 se rompió nuestro fuego a las 6 y media de la mañana, disparando hasta las 8 y media 430 bombas y 526 balas, observándose haber volado un repuesto de las baterías de la linterna según el humo denso; y que habían recibido daño, así en estas como en las de Babaluet y puerta del muelle, pues al medio día trabajaban con 4 cabrias en ellas.
Los argelinos correspondieron con igual viveza disparando 1.348 balas y 36 bombas, resultando maltratada la lancha de la fragata Carmen y herido su patrón.
En la tarde se repitió nuestro fuego desde las 4 y media hasta quedar consumidas las municiones a las 6 y media, que fueron 444 bombas y 422 balas. Y disipado el denso humo de la ciudad se vieron dos incendios, durando el uno al anochecer.
Los enemigos dispararon 1.493 balas y 23 bombas, reventando una en la cañonera nº 1, la cual voló con muerte del alférez de navío don Joseph Villavicencio y 19 hombres, logrando salvarse el comandante de ella don Joseph de Irisarri algo maltratado y 10 hombres.
Los lanchones enemigos intentaron avanzarse, pero fueron rechazados por las cañoneras de nuestra derecha aproximándose a estas hasta alcanzarle con metralla.
Las de la izquierda hicieron también retirar a las galeotas y a otro buque cañonero que remolcaron por 3 embarcaciones, sin duda por maltratado.
Uno de estos que era bombardero, incomodó bastante a nuestra línea, pues reventaban sus bombas sobre ella, pero no resultó más que dos heridos y algunos palos maltratados.
El día 8 amaneció. Los lanchones enemigos se avanzaron al remolque escoltados por sus galeotas; pero destacando el general nuestras cañoneras y algunas bombarderas que procurasen reventar las bombas sobre ellos, lo lograron, ayudadas de los fuegos de las fragatas Santa Rosa, Carmen, las dos maltesas, y los jabeques Murciano y San Antonio, con lo que se les cortó la idea.
Puestas ya en movimiento nuestras embarcaciones, y aflojado el viento, dispuso el general otro ataque que duró hasta las 12 menos cuarto, disparando en él 229 bombas y 83 balas, viéndose retirar un lanchón lastimado.
Los enemigos tiraron únicamente 453 balas y 18 bombas, porque las corrientes arrastraron nuestra línea más al S, y no tuvimos desgracia.
A las 5 de la tarde, disparando 443 bombas y 440 balas hasta las 7 menos cuarto, de que resultó volar un lanchón cañonero enemigo. Estos tiraron 984 balas y 26 bombas, sin causar desgracia ni avería.
En este estado, considerando el comandante general la actual estación avanzada, la situación de aquel fondeadero, circunstancias de la escuadra, y de un convoy de bastante cuidado, con otras muchas reflexiones propias de su conocimiento práctico, y procediendo con unánime acuerdo de los pilotos, resolvió retirarse: y pasados los morteros y cañones de las lanchas a los buques mayores, se puso a la vela con toda la expedición al medio día del 9, dejando el navío San Pascual, fragata Santa Rosa y jabeque San Sebastián para que cruzasen delante de aquella bahía.
Elogia este general muy particularmente el valor, constancia y buen desempeño de todos los oficiales y demás individuos empleados en las citadas operaciones, y también a los comandantes de las dos fragatas de Malta el comendador St. Tropé y el caballero Subirats, y a todos sus oficiales, por su valor, acierto y bizarría en los ataques y demás ocasiones de riesgo.

Sólo un texto no se encuentra recogido, pero parece importante para el que hizo el documento. Al lado de la tabla se puede leer.
"La escuadra llegó a este puerto el día 11 y el día 14 a las 5 de la tarde desembarcó la Virgen del Carmen a cuya hora hubo un saludo muy grande en la bahía y procesión Solemne"
Y ahora quedan las grandes incógnitas. ¿Quien trajo este documento a Maluenda? ¿Por qué se guardó en el archivo de la iglesia por tantos años? ¿En qué embarcación iría? ¿Quizás en la Santa Rufina?


Ahora creo que tengo más dudas que antes, pero seguro que en un momento u otro damos con la solución a este misterio. Ya siento no poder más datos.

domingo, 12 de junio de 2016

El arte de hacer fruta

Estamos a acostumbrados en Maluenda  a escuchar frases como :
 
"¿Dónde trabajas? En la fruta", "Me voy a hacer fruta", "Me voy a hacer melocotones"
 
Pero fuera de nuestro entorno próximo no son frases comprensibles.
 
Hacer fruta es todo un arte, sobre todo cuando no existían las máquinas seleccionadoras ni los alveolos.  Cuando no se le daba cera a las manzanas ni se le quitaba el pelillo al melocotón.
 
Se forraba el cajón o banasta con papel de seda blanco y en él había que meter el mayor número posible de piezas de fruta , según la persona podía variar el peso entre un kilo o kilo y medio. Como un juego del Tetris que se diría ahora. Había que saber "carear", es decir, poner buena cara, dar la mejor presencia al cajón o banasta, colocando la fruta de mayor tamaño y con mejor presencia en la parte superior.
 
La presencia es fundamental, se compra y se come con la vista. Luego se adornaba con tirillas de plástico blanca, como las que nos ponen en las cestas de Navidad y se cubrían con una tapa de tablillas de madera para poder poner otra banasta encima.
 
El trabajo era fundamentalmente de mujeres, más hábiles a la hora de trabajar con las manos, de mujeres solteras, ya que cuando se casaban dejaban de trabajar.