El día 2 de julio de 1604, llega a la Iglesia de las Santas Justa y Rufina de Maluenda el Muy Reverendo Padre Fray Íñigo de Calatayud, sacerdote y monje de la Orden del Glorioso Patriarca San Benito. Fray Íñigo era conventual en la casa y convento de San Salvador el Real de la Villa de Oña, del Arzobispado y Diócesis de Burgos y archivero y administrador de los privilegios, gracias, papeles y escrituras de la dicha casa y convento. Hijo legítimo y natural de Antonio Gayán y de Isabel Lozano, cónyuges, vecinos que fueron de Maluenda y parroquianos de Santa Justa, cuyo primer nombre de pila fue Antonio Gayán.
Trajo y entregó al Vicario de Santa Justa, Martín Ximeno, un pedazo del censal y velo en que había estado envuelto el brazo izquierdo de la Santísima Veracruz y un pedazo de hueso de San Íñigo Abad, que fue de la dicha casa y convento de Oña y natural de Calatayud, todo ello, por la mucha afición que ha tenido y tiene la Iglesia de Santa Justa en la que fue bautizado, deseando así adornar la iglesia con las dichas reliquias para que Dios Nuestro Señor y sus Santos sean mas servidos, honrados y venerados y la devoción de los fieles crezca y se aumente.
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